miércoles, 26 de enero de 2011

Preguntas

Cuando los brazos no alcanzan ¿cómo abrazar?
cuando la boca se seca ¿cómo besar?
si el tiempo corre a la velocidad de la luz en lo que vierto una lágrima pero divaga en mi ansiedad cuando espero  ¿qué debo creer?
Bebemos de la ignorancia, nos comemos los unos a los otros. Tu puño me hace más fuerte, tu pie más veloz.
Cuando desconfío solamente estoy abriendo los ojos a la realidad.
La única esperanza es tirar hacia delante y ya lo iremos viendo.
Cuando el tuerto guía al ciego, el loco al tuerto y dios al loco... Veo veo
¿qué ves?
Un grito desconchando las paredes.

martes, 18 de enero de 2011

Tarde

Hay días que las fotografías hablan y dicen con voz de trueno que se pierde la vida.
Descubro restos de mis huellas en un pasado que ya nadie recuerda y siento aquello del naúfrago cuando empieza a delirar.
Y yo que siempre creí que lo bueno tenía que llegar
yo que desvirtué el instante en pos de lo siguiente, siento el miedo mirarme de frente mientras me sostiene la barbilla y babea, babea en mis pies.
Para tocar la luna hay que saltar tanto que a veces, prefiero cobijarme a la sombra de una piedra y convertirme en piedra como se convierten los muertos.
Cómo duele la esperanza, cómo escuece el mordisco del recuerdo, no es anhelo porque no volvería, no es deseo porque no sé bien lo que deseo.  Es el estrujarme las manos en tu chaqueta, el perderme entre cientos de cajas con mi nombre y que me protejas o no, yo puedo sola. Entonces... por qué?

jueves, 13 de enero de 2011

2011

No sé si hablo alto aunque espero hablar claro. Clara agua que caiga desde lo alto, alto árbol con la claridad expandida en su copa.

La voz a veces se me atasca en un punto inexacto entre el ombligo y la boca, sube en columna de humo y choca contra el techo de mi cráneo.
Durante la colisión, los ojos se me llenan de agua y flotan en la culpa. Maldita educación aprendida, malditos valores desvirtuados.
Y de repente, como Pinocho emergiendo del vientre de la ballena, descubro un retazo de luz y nado hacia ella, ansiosa y exhausta.

Espero tener voz suficiente para decir lo que quiero decir cuando debo decirlo.
Gritar: ¡Basta! ante las mentiras, susurrar sin que se me altere el pulso: me has decepcionado. Decir: me aburres, me saturas, se acabó. No mereces.
Decir: te quiero y: ya no te quiero, a quien lo merezca oir.
Pronunciar un nombre, tu nombre, con la luz encendida y seguir pronunciándolo una vez que se haya apagado.
Y en la espera, recoger.
Qué exigente me hacen sentir quienes no saben dar o dan una dosis mínima para que no puedas echarles en cara su desaparición.
Qué voraz me pueden retratar ante lo que me pertenece, lo que me gano día tras día.

No he comenzado el año deseando dejar el tabaco ni abandonar los dulces, ni siquiera he sido consciente de que hubiera un comienzo. Sólo quiero "ser capaz".
Y desatarme las manos de esta bondad autoimpuesta y pegarle una patada en el culo a las maneras blandas.
Capaz de "a lo mejor" no. Corrijo, sólo quiero Ser.

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