domingo, 31 de enero de 2010

Seguimos a Alicia

Clara cantaba una nana a Paloma cuando de niña, sentía miedo. Intentaba llevársela a ese terreno maravilloso del sueño.
A Alicia probablemente, nunca le cantaron una nana por eso sus miedos permanecen con ella y crecen con su cuerpo y entorpecen ese cuerpo.

Nana de Sevilla. Lorca y la Argentinita, 1931


No recuerdo si me cantaban nanas, sé que a veces me canto yo una, intentando aplacar amaneceres como éste, en el que presiento la pena de haber perdido algo de mí en otra mirada, cuando creo que nunca reuniré las piezas que he ido esparciendo en la gente que amé o en la que deseé amar.
Y duele, duele con furia, con rabia, como una patada en el vientre, duele como sólo duelen las cosas que ya pasaron y las que pudieron pasar.
Soñemos.
 

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