domingo, 21 de febrero de 2010


Ya está
Llora, canta, ovíllate como un feto y olvida por unos momentos, esta intensa sensación de "estar cargando el cuerpo"
Pasó la muestra de la Cuarta, y dejó un reguero en mí de pequeñas hogueras. Alicia ha dado sus primeros pasos con vacilación, sin demasiada confianza en mí. Confunden a Alicia conmigo. Hay una Alicia en mí, qué duda cabe. Existe una niña insegura que se partiría la boca con la vida con tal de pasar desapercibida, pero Alicia tuvo un nombre y su final. Por ella he movido, removido y conmovido mi escritura.
Creo que la he traicionado. Y siento sus ojos clavados en mi nuca como si quisiera una respuesta que aún no conozco.
Me duelo por las palabras.
¿Dónde van a morir las caricias que no hallan lugar? dice Clara

Y hoy, tras esta noche extraña de infinitos gestos congelados me lo pregunto más que nunca.

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